martes, 15 de noviembre de 2011

Tótem y Tabú. Más Allá de lo Freudiano


 




Para muchos, Sigmund Freud estaba loco. No cabe duda de eso, pero se pueden extraer ciertas bases pragmáticas para analizar los factores que el individuo enfrenta dentro de la sociedad en la cual se desenvuelve. A continuación, se desarrollarán un par de conceptos interesantes.







TABÚ


El Tabú es una de las formas de organización ritual más antiguas de las tribus oceánicas, el tabú, ha trascendido su primitivo significado religioso para pasar a formar parte de las convenciones y usos sociales modernos. 

La palabra polinesia tabú encierra una compleja significación: es lo más sagrado e intocable por un lado y lo prohibido e impuro por el otro. Simboliza el carácter maligno de lo sagrado, considerando desde una perspectiva mágico -religiosa, y se fundamenta en el temor reverencial a una fuerza sobrenatural que impone terribles castigos al infractor. 

El tabú puede referirse no solo a aquellas personas o grupos que por su fuerza mágica o mana son sagrados – el jefe, el hechicero de la tribu -, sino también a los objetos, ceremonias y lugares de culto que, por guardar una estrecha relación con aquellos constituyen así mismo un tabú. De igual forma, lo desconocido o impuro es objeto de tabú, por el peligro que por su contacto puede encerrar. Así, por ejemplo, algunas tribus de Borneo prohíben a una mujer embarazada tocar el cuerpo de una gallina descabezada, y entre los indios Tupí de Brasil ciertas ceremonias realizadas por el hechicero de la tribu, no pueden ser observadas por mujeres. El contacto de estos pueblos primitivos con sociedades más civilizadas fue diluyendo el sentido religioso de muchos tabúes que, sin embargo, adquirieron una significación supersticiosa, fundada en un temor ilógico ante el objeto designado por los mismos. Así, en el léxico de todas las sociedades, ya sean primitivas o desarrolladas, existen abundantes tabúes lingüísticos con los que se pretende enmascarar o atenuar el significado de las palabras que inspiran temor, respeto o rechazo. Tal es el caso de las numerosas denominaciones eufemísticas que reciben términos sexuales, ciertas enfermedades graves como el cáncer, el diablo, Dios y la muerte, o determinados animales a los que se considera malignos o se les atribuye poderes mágicos. 

El mismo fenómeno del tabú y sus connotaciones religiosas y sociales contribuyeron uno de los principales temas de estudio no sólo de la etnología y la antropología, sino de la sociología y la Psicología. Para la antropología, el tabú se relaciona con objetos y acciones que poseen un significado esencial dentro de una jerarquía social determinada. De ahí la importancia que tienen los jefes y los objetos religiosos o a las prohibiciones impuestas sobre animales totémicos que en sí no poseen mayor relevancia que la de ser parte integrantes de la estructura simbólica de la sociedad. Desde el punto de vista psicológico fueron de gran importancia los estudios realizados por el Profr. Sigmund Freud, quien en Tótem y Tabú en 1913 estudió y concluyó sobre las tensiones y conflictos de tipo neurótico que el tabú, producto de actitudes sociales ambiguas, podía provocar en el individuo y utilizó el término en relación con las prohibiciones sexuales, en especial con el incesto.
Entendemos por tabú a lo prohibido, que dentro de una lógica de transgresión se lo considera como romper una barrera, corriendo el riesgo de sufrir ciertas consecuencias.


TÓTEM 


La palabra tótem proviene de la lengua Ojibwa, utilizada por uno de los pueblos algonquinos de América del norte, en cuya cultura fue observado el fenómeno totémico por primera vez. En dicha lengua, ototeman indica la elación de parentesco entre hermano y hermana.

Se le ha dado la denominación de totemismo a un conjunto de creencias y prácticas que se basan en la afinidad o en una supuesta relación mística entre un individuo, o un grupo humano, por una parte, y determinados animales, plantas, objetos o fenómenos naturales, por otra. Estos últimos constituyen el tótem.

El tótem va generalmente acompañado de creencias o leyendas acerca del origen genealógico del grupo humano supuestamente relacionado con él, y tiene implicaciones en la moral instituida y en determinados tabúes, que ordenan su evitación o su ritualizan estrictamente su contacto. El antropólogo James Frasear fue el primero en analizar en su conjunto el fenómeno totémico en su libro “Totemism”, 1885. Numerosos sociólogos, antropólogos y psicólogos estudiaron el fenómeno de totemismo en las primeras décadas del siglo XX, movidos por la esperanza de haber encontrado un camino prometedor en la investigación de las raíces sociales y psicológicas del ser humano. Muy particularmente, se escogieron como campo de estudio las sociedades primitivas de los aborígenes australianos.
Tótem, tabú y exogamia son tres fenómenos que aparecen inextricablemente, entrelazados en muchas sociedades, por lo que los estudiosos los agruparon dentro del concepto más general del totemismo, llegando a crear complejos sistemas que englobaban símbolos, prohibiciones, relaciones magicorreligiosas, modalidades matrimoniales y otras muchas manifestaciones culturales.

Con el transcurso del tiempo, un número creciente de investigadores se situó frente al totemismo en posición crítica, observando que los pretendidos fenómenos totémicos no se daban en estado puro, en su totalidad, en ninguna sociedad, ni formaban un todo homogéneo. El fenómeno de totemismo se aplicaba a un gran número de instituciones diversas que parecían tener algo en común. Pero por eso pecaba de cierta indefinición, que provocaba a su respecto el desacuerdo de los estudiosos, hasta el punto de dejar de constituir un instrumento útil para la comprensión de las peculiaridades culturales de algunas sociedades. El antropólogo francés Claude Leví- Strauss en “Le Totemisme Aujourd’hui” (el totemismo en la actualidad), en 1963, llegó a la conclusión de que el totemismo no es más que una expresión simbólica que permite al individuo un mejor entendimiento y expresión de la realidad social que lo rodea y dela diferenciación de clanes y de roles. Según este autor, su importancia había sido exagerada por los estudiosos del primer tercio del siglo XX.

El totemismo abarca – en resúmen – a toda interpretación del individuo acerca de fundamentos establecidos por una comunidad o sociedad que se traducen en costumbres, hábitos y que tienen ciertos valores justificados por una mística, religión o creencia.
Desde éstos dos puntos de vista de puede mirar a la sociedad y analizarla en cuanto a comportamientos y conductas se trata.

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